En la vida a veces las cosas no siempre salen cómo las planeamos, las variables son tan diversas y no las podemos manejar todas. Eso es lo rico de la vida, que el control es algo ficticio y no podemos manejarlo, sobre todo con las acciones que nos llegan de sorpresa y que nos modifican nuestras vidas para bien o para mal.
Los eventos que salen de alguna forma mal cómo no los controlamos pueden tener repercusiones muy positivas, las cuales nos pueden llenar el alma. Y por eso creo que tenemos que volar, a veces los vientos pueden que nos tiren bien lejos, y otras que nos ayuden con nuestro vuelo hacia nuestro objetivo. Lo importante de todo es que tengamos nuestros sentidos bien abiertos para poder ver los detalles que puedan aparecer y que nos pueden dar energías y nuevos objetivos.
En fin, creo que debemos aprovechar cada ventisca que nos llegue y disfrutar cada instante de vuelo. En una de esas puede que los vientos nos traigan nuevas alegrías y una agradable compañera en nuevos vuelos.
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